Imagina tener a tu disposición una herramienta que te permita entender cómo procesas la información. Eso es lo que ofrece el Test VAK! Muchos desconocen este test, y su efectividad, en muchas escuelas se aplica para poder ayudar a sus estudiantes a aprender mejor.
Al tomar el test, pudimos descubrir si somos más visuales, auditivos o kinestésicos en nuestra forma de aprender y comunicarnos. Pero, ¿por qué es esto tan importante? Cada uno de nosotros tiene un estilo de aprendizaje predominante, lo que significa que absorbemos la información de manera más efectiva a través de ciertos canales sensoriales. Por ejemplo, si eres una persona visual, es muy probable que prefieras gráficos, diagramas y videos para comprender mejor la información. Si eres más auditivo, es posible que te beneficies más de las explicaciones verbales, los debates en grupo e incluso los podcasts. Y si eres kinestésico, es probable que aprendas mejor a través de la experiencia práctica y el movimiento físico.
Al conocer nuestro propio canal de aprendizaje y entender el de la otra persona, tenemos más posibilidades para comunicar nuestras ideas de manera efectiva. Por ejemplo, si descubrimos que somos más auditivos pero nuestro compañero es visual, entendemos que simplemente enviar un mensaje de audio no será suficiente. En su lugar, podríamos mandar un video, texto, gráficos o imágenes para transmitir la información de manera más clara y completa. Ahora, que si la otra persona es kinestésica, sabremos que la práctica y la experiencia física son esenciales para que ellos aprendan. Al ajustar nuestra forma de comunicarnos a los canales de aprendizaje de cada individuo, aumentamos las posibilidades de que nuestras ideas sean entendidas y recibidas de manera óptima. Esto no solo mejora la calidad de nuestras interacciones, sino que también fortalece nuestras relaciones profesionales y personales. Identificar estos canales puede marcar la diferencia entre una comunicación efectiva y una en la que se pierde en la confusión.
Dentro de la capacitación sobre comunicación efectiva, también descubrimos la importancia de conocer nuestra personalidad mediante el Test DISC. Esto fue algo nuevo para la mayoría de nosotros, ahora sabemos que cada uno de nosotros tiene un estilo de personalidad único que también influye en cómo nos comunicamos.
El hecho de entender nuestra propia personalidad y la de los demás es esencial para mejorar nuestra comunicación y nuestras relaciones en el trabajo. El estilo de personalidad Dominancia (D), se caracteriza por su enfoque decidido y orientado a resultados. Las personas con este estilo son líderes naturales y suelen tomar decisiones rápidas. En la comunicación, son directas y pueden parecer más confrontacionales. Por otro lado, la personalidad Influencia (I) está marcado por ser extroversión. Las personas influyentes son excelentes para motivar a otros y persuadir con facilidad.
El Test DISC también nos proporciona información sobre los estilos de personalidad Estabilidad (S) y Cumplimiento (C). Las personas con un estilo S tienden a ser pacientes y leales, prefieren trabajar en un entorno estable y armonioso. Por otro lado, aquellos con un estilo C son detallados y precisos, valoran la precisión y la calidad en su trabajo.
Cuando combinamos estos estilos en un equipo, podemos obtener resultados sorprendentes. Por ejemplo, imaginemos un proyecto donde un líder con un estilo de personalidad Dominante (D) establece los objetivos y dirige el equipo hacia la meta. Un Influenciador (I) motiva al equipo y fomenta un ambiente positivo, mientras que un Estable (S) mantiene la calma durante los desafíos. Finalmente, un Cumplidor (C) garantiza que cada detalle sea perfecto y que se cumplan los estándares.
Al comprender y apreciar las fortalezas de cada estilo de personalidad, podemos aprovechar al máximo el potencial de nuestro equipo y alcanzar nuevos niveles de excelencia. Al entender y adaptar nuestro enfoque de comunicación en consecuencia a las personalidades, podemos mejorar la colaboración y el rendimiento del equipo en general.
Entender los estilos de personalidad y los canales de aprendizaje es crucial, especialmente en el entorno del trabajo remoto y las videollamadas. Imagina aplicar este conocimiento para maximizar la efectividad de tus videollamadas. Si sabes que tu colega es un aprendiz visual y también tiene un estilo de personalidad influenciador, podrías complementar tus explicaciones con gráficos llamativos o presentaciones visuales durante las videollamadas para captar su atención y mejorar la comprensión de la información. Del mismo modo, si otro miembro del equipo es más auditivo y tiene una personalidad dominante, podrías centrarte en mantener discusiones dinámicas y concisas para mantener su compromiso y motivación durante las reuniones virtuales. Al adaptar tu enfoque de comunicación para satisfacer las preferencias individuales de tus colegas, no solo mejorarás la calidad de tus interacciones, sino que también fortalecerás la colaboración y el rendimiento del equipo en el mundo del trabajo desde casa.
Reflexiones para el éxito diario
Estas preguntas nos guiarán en nuestro camino hacia la mejora continua:
- ¡Lo que hicimos bien!: Reconoce tus éxitos y celebra tus logros.
- ¿Lo que hicimos que deberíamos mejorar?: Identifica oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
- ¡Lo que hicimos que no deberíamos haber hecho!: Aprende de tus errores y evita repetirlos en el futuro.
- ¿Lo que no hicimos que deberíamos haber hecho?: Reconoce las oportunidades perdidas y comprométete a aprovecharlas la próxima vez.
Cada vez que aprendemos algo nuevo y reflexionamos sobre ello, nos sumergimos en un camino hacia una mejor comunicación. Cuando entendemos cómo aprendemos y quiénes somos, fortalecemos nuestras conexiones y hacemos que nuestro equipo brille aún más.
Es clave celebrar nuestros logros, aprender de los errores y estar siempre listos para crecer.